Cultura chatarra
José Luis Carrillo Hernández.
Exagerado el gasto que se ha realizando en actos populares masivos que se antojan improvisados, precipitados y sin sentido, pero que despiertan sospechas a las puertas de una elección, una especie de alfombra roja para las masas por donde habrán de transitar esos públicos que en miles se concentraron en la Plaza Mayor de Torreón que fue escenario de la actuación de las figuras estelares del Canal de las Estrellas.
De esta manera la Plaza Mayor del abandonado Centro Histórico de Torreón fue testigo de las multitudinarias reuniones logradas con la contratación de La Sonora Santanera, el tri del fresa roba estilos del Alex Lora, el grupo Pesado, Natalia Lafourcade, Rodrigo Fernández, y cómo iba a faltar Intocable, esa figura emblemática del Tex-Mex, delicia de las masas televidentes amaestradas, entre otras cotizadas figuras que según comentan costaron al erario público la cantidad de siete millones de pesos.
Cultura chatarra para la masa, una especie de despensa para los sentidos de los manipulables, así los desheredados parece ser la prioridad de la oferta cultural del gobierno en un momento electoral, mientras que El Centro Comunitario de Iniciación Artística Pilar Rioja, ubicado en lo que fue la estación del ferrocarril y en una zona de conflicto y violencia, no tiene papel higiénico ni agua para beber; y al Taller de Gráfica “El Chanate” le reducen y le retiran subsidios del estado y el municipio, dejándolo en el total abandono cuando es cuna de premios nacionales e internacionales.
La política debería estar al servicio de la cultura y no al servicio de la política, peor aun al servicio de los partidos políticos. Con el presupuesto para la cultura se pretende generar una atmósfera de simpatía electoral, queriendo recuperar un terreno político perdido por falta de obras, corrupción, inseguridad y poca educación.
Hasta hace 20 años, Torreón era una moderna y bella ciudad, ahora su Centro Histórico es un centro de fantasmas, abandonado, destruido, una avenida Morelos que no cobra vida, que luce sin atractivo alguno, sin negocios, con construcciones grafiteadas, derruidas, cercadas, abandonadas, más basura que gente. ¡Pobre Torreón tan lejos de Dios y tan cerca del PRIAN!
Pero como Saltillo no es Torreón, para la calle de Victoria sólo alcanza para un karaoke y unos payasos que siempre hablan en doble sentido y pasan el sombrero, ya que ¡no hay presupuesto! Sin embargo, si hay nueve millones de pesos para gasto de operación de un concurso literario cuyo premio es una bolsa de cien mil dólares. Si en Torreón se dice que con siete millones de pesos se benefició con conciertos populares a miles de electores, perdón de ciudadanos, con nueve millones a cuántos se beneficiará?
¿Acaso habrá miles de coahuilenses interesados por la literatura? No los veo, pero si he visto miles de libros que jamás salen de las bodegas de gobierno y otros que son tirados a la basura en sexenios pasados. ¿Acaso sólo la literatura y los conciertos populares merecen gastarse todo el presupuesto que debiera estar destinado a la capacitación, formación y divulgación del trabajo cultural y creativo de los coahuilenses, sin menosprecio y tratando como igual a la pintura, la danza, el teatro y las demás artes?
Entonces podemos dar por asentado que la literatura, por una afición a la lectura, es la reina de las artes en Coahuila, y los espectáculos de la farándula para entretener a los electores, perdón a las masas, por lo que las demás artes están desterradas de esta administración gubernamental.
Así quienes administran el presupuesto de la cultura lo hacen con un sentido práctico: agradarle y endulzarle el oído al gobernante, haciéndole creer que todo lo está haciendo muy bien, sin capacidad de crítica y sin el valor de poder proponer un programa o proyecto cultural que involucre directamente manos, voces y talento coahuilense. |